La adopción de la metodología BIM (Building Information Modeling) ha transformado la forma de proyectar, construir y gestionar edificaciones. Sin embargo, una de las preguntas más frecuentes entre arquitectos, ingenieros y estudios técnicos sigue siendo la misma: ¿cuánto tiempo se tarda en aprender BIM?
La respuesta breve es que menos de lo que parece, siempre que el enfoque sea el adecuado. Pero detrás de esa afirmación hay matices importantes que marcan la diferencia entre conocer una herramienta y dominar un proceso de trabajo colaborativo.
Un aprendizaje que va más allá del software
Aprender BIM no significa simplemente manejar Revit, ArchiCAD o cualquier otra plataforma de modelado. Implica comprender una metodología basada en la gestión integral de la información, donde cada decisión tiene un impacto a lo largo de todo el ciclo de vida del edificio.
Por eso, el tiempo de aprendizaje depende tanto de la experiencia técnica previa como del nivel de madurez digital del entorno en el que se trabaje. Los primeros pasos suelen centrarse en entender la lógica del modelado paramétrico, los niveles de desarrollo (LOD) y los estándares de nomenclatura y documentación. Pero es en la práctica diaria, aplicando esos conocimientos a proyectos reales, donde el aprendizaje realmente se consolida.
El valor de un enfoque estructurado
En condiciones normales, un profesional puede alcanzar autonomía básica en entornos BIM en un periodo de tres a seis meses, siempre que exista una planificación adecuada. La clave está en combinar una formación estructurada con una aplicación inmediata de lo aprendido y con estándares claros que sirvan de guía.
No se trata de acumular cursos ni de aprender a manejar todas las herramientas disponibles: hay que entender cómo integrarlas en el proceso de trabajo del estudio o de la empresa. En este sentido, el acompañamiento por parte de un equipo experimentado acorta notablemente la curva de aprendizaje y evita errores de implementación que pueden ralentizar la adopción del sistema.
Un proceso de evolución constante
Conviene recordar que BIM es un proceso de mejora continua. La metodología evoluciona a la par que los proyectos, las normativas y las tecnologías asociadas. Cada nuevo encargo plantea desafíos distintos que obligan a revisar y actualizar los flujos de trabajo.
Por ello, más que “aprender BIM” en un sentido cerrado, el verdadero objetivo es desarrollar la capacidad de adaptación para integrar nuevos estándares, herramientas y requisitos con agilidad. Esa es la base de una implementación sólida y sostenible en el tiempo.
La experiencia de BIMPRO Arquitectos
En BIMPRO Arquitectos lo comprobamos cada día. El éxito en la implantación de BIM depende de la la solidez del proceso.
Porque aprender BIM no consiste en correr para llegar antes, significa integrar el cambio de forma progresiva, coherente y eficiente. Solo así la tecnología se convierte en una herramienta que mejora la productividad y la calidad del diseño arquitectónico.
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